Elementos orbitales
Inclinación 2,48446°
Excentricidad 0,05415060
Período orbital sideral 29a 167d 6,7h
Período orbital sinódico 378,1 días (~3,27·107 s)
Velocidad orbital media 9672,4 m/s
Radio orbital medio 9,53707032 UA
Satélites 61 conocidos
Masa 5,688·1026 kg
Volumen 8,27·1023 m³
Densidad 690 kg/m³
Área de superficie 4,38·1016 m²
Diámetro 1,20536·108 m
Gravedad 9,05 m/s²
Velocidad de escape 35490 m/s
Periodo de rotación Ecuatorial 10h 13m 59s
Interno 10h 39m 25s
Inclinación axial 26,73°
Inclinación 2,48446°
Excentricidad 0,05415060
Período orbital sideral 29a 167d 6,7h
Período orbital sinódico 378,1 días (~3,27·107 s)
Velocidad orbital media 9672,4 m/s
Radio orbital medio 9,53707032 UA
Satélites 61 conocidos
Masa 5,688·1026 kg
Volumen 8,27·1023 m³
Densidad 690 kg/m³
Área de superficie 4,38·1016 m²
Diámetro 1,20536·108 m
Gravedad 9,05 m/s²
Velocidad de escape 35490 m/s
Periodo de rotación Ecuatorial 10h 13m 59s
Interno 10h 39m 25s
Inclinación axial 26,73°
Saturno es el sexto planeta del Sistema Solar, es el segundo en tamaño y masa después de Júpiter y es el único con un
sistema de anillos visible desde nuestro planeta. Su nombre proviene del dios romano Saturno. Forma parte de los denominados
planetas exteriores o gaseosos, también llamados jovianos por su parecido a Júpiter. El aspecto más característico de
Saturno son sus brillantes anillos. Antes de la invención del telescopio, Saturno era el más lejano de los planetas
conocidos y, a simple vista, no parecía luminoso ni interesante. El primero en observar los anillos fue Galileo junto con su
ayudante Alejandro Campelo en 1610 pero la baja inclinación de los anillos y la baja resolución de su telescopio le hicieron
pensar en un principio que se trataba de grandes lunas. Christiaan Huygens con mejores medios de observación pudo en 1659
observar con claridad los anillos. James Clerk Maxwell en 1859 demostró matemáticamente que los anillos no podían ser un
único objeto sólido sino que debían ser la agrupación de millones de partículas de menor tamaño. Campelo ayudó a Galileo a
hacer las operaciones y gracias a él, el científico pudo dejar medio resuelto el enigma de los anillos. Las partículas que
habitan en los anillos de Saturno giran a una velocidad de 48.000 km/h, 15 veces más rápido que una bala
Saturno tiene un gran número de satélites, el mayor de los cuales, Titán es la único satélite del Sistema Solar con una
atmósfera importante.
TITAN
La característica más notable de Saturno son sus anillos, que dejaron muy perplejos a los primeros observadores, incluido
Galileo. Su telescopio no era tan potente como para revelar la verdadera naturaleza de lo que observaba y, por error de
perspectiva, creyó que se trataba de dos cuerpos independientes que flanqueaban el planeta. Pocos años después, Saturno
presentaba los anillos de perfil, y Galileo quedó muy sorprendido por la brusca desaparición de los dos hipotéticos
compañeros del planeta. Por fin, la existencia del sistema de anillos fue determinada por Christiaan Huygens en 1659, con la
ayuda de un telescopio más potente.
Visto desde la Tierra, Saturno aparece como un objeto amarillento, uno de los más brillantes en el cielo nocturno. Observado
a través de un telescopio, los anillos A y B se ven fácilmente, mientras que los D y E sólo se ven en condiciones
atmosféricas óptimas. Con telescopios de gran sensibilidad situados en la Tierra se distinguen, en la niebla de la envoltura
gaseosa de Saturno, pálidos cinturones y estructuras de bandas paralelas al ecuador.
Tres naves espaciales estadounidenses incrementaron enormemente el conocimiento del sistema de Saturno: la sonda Pioneer 11
y las Voyager 1 y 2, que sobrevolaron el planeta en septiembre de 1979, noviembre de 1980 y agosto de 1981, respectivamente.
Estas naves espaciales llevaban cámaras e instrumentos para analizar las intensidades y polarizaciones de la radiación en
las regiones visible, ultravioleta, infrarroja y de radio del espectro electromagnético. También estaban equipadas con
instrumentos para el estudio de los campos magnéticos y para la detección de partículas cargadas y granos de polvo
interplanetario.
Debido a su posición orbital más lejana que Júpiter los antiguos romanos le otorgaron el nombre del padre de Júpiter al
planeta Saturno. En la mitología romana, Saturno era el equivalente del antiguo titán griego Cronos. Cronos era hijo de
Urano y Gaia y gobernaba el mundo de los dioses y los hombres devorando a sus hijos en cuanto nacían para que no lo
destronaran. Zeus, uno de ellos consiguió esquivar este destino y finalmente derrocó a su padre para convertirse en el dios
supremo.
Los griegos y romanos, herederos de los sumerios en sus conocimientos del cielo, habían establecido en siete el número de
astros que se movían en el firmamento: el Sol, la Luna, y los planetas Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, las
estrellas errantes que a distintas velocidades orbitaban en torno a la Tierra, centro del Universo. De los cinco planetas,
Saturno es el de movimiento más lento, emplea unos treinta años (29,457 años) en completar su órbita, casi el triple que
Júpiter (11,862 años) y respecto a Mercurio, Venus y Marte la diferencia es mucho mayor. Saturno destacaba por su lentitud y
si Júpiter era Zeus, Saturno tenía que ser Cronos, el padre anciano, que paso a paso deambula entre las estrellas.